“13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1 Corintios 13:13
Una persona puede tener esperanza sin tener fe, pero no se puede tener fe sin tener esperanza. Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. El que tiene amor, todo lo cree, todo lo espera; Cuando tienes amor, se levanta la esperanza, y esta da nacimiento a la fe. Muchos quieren tener fe para entonces tener expectativa de algo para entonces amar, pero la fórmula no funciona de esa manera. Si vives en amor, todo lo esperas, todo lo crees.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. 4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. 5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:1-6
“32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.” Hebreos 11:32-34
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,” Hebreos 12:1
En la Biblia, hay varias cosas que se dejan inconclusas; Dios las deja de esa manera para incentivar nuestra inspiración, para poder continuar o completar la obra que se ha comenzado. Por ejemplo, en el libro de Juan, capítulo 21, específicamente el autor dice que si se fueran a escribir todos los milagros que Jesús hizo, no cabrían en los libros; No había forma de escribir todo lo que Jesús hizo. Por lo tanto, todo lo que vemos en los Evangelios, es tan solo una pequeña muestra de todo lo que Dios hizo. El autor nos dice esto, para dejarnos saber que los milagros todavía continúan hoy. Si él hubiera cerrado el libro diciendo que aquello fue todo lo que Jesús hizo, pudiéramos pensar que él no va a hacer más nada. Pero tú puedes estar seguro que Él es el mismo ayer, hoy y por siempre; El mismo Jesús que sanó en aquel momento, es el que sana hoy, el que liberta hoy, el que transforma hoy tu vida. Hay continuidad en la obra milagrosa de Cristo.
Al mismo tiempo, en el libro de Hechos, escrito por Lucas, en el último capítulo, vemos que el libro no tiene una conclusión; Se deja en suspenso, no se le da un cierre; Esto, con el propósito de dejarnos saber que la obra que comenzaron los apóstoles, luego de la llegada del Espíritu Santo, todavía continúa en el día de hoy, que hay mucho más que nosotros tenemos que alcanzar.
Hebreos 11 se incluye en este listado. No está escrito de la manera en que está por casualidad ni se utilizan los nombres que se utilizan en ese listado por meramente decir algo. Lo que el apóstol Pablo quería promover es que cada uno de nosotros aspiremos a, algún día, estar en el listado de los héroes de la fe, que tú un día entiendas que tu nombre puede ser escrito, no tan solo en el libro de la vida, sino en la gran nube de testigos que inspirará a que las próximas generaciones continúen con la carrera que hemos comenzado.
Enlístate en el grupo de los héroes de la fe, y continúa con la obra que Dios ha comenzado. Ninguno de los que está en la lista de Hebreos 11, debería estar ahí, según los estándares de los religiosos. Y es que la idea del apóstol Pablo es que todos sepamos que lo que nos hace extraordinarios no son nuestras circunstancias ni talentos, sino cuando tú aprendes a vivir por fe. Si algo nivela el juego, es tu fe. Tú puedes vivir en el tiempo de Abraham, en el de Noé, en el de José, y la única manera de sobrellevar todas las cosas, es por fe. La única manera de vivir en tu país hoy es por fe. Gloria a Dios por lo que el gobierno pueda hacer, pero la única manera de vivir en tu país es si te levantas con fe y te acuestas con fe y vives con fe y le crees a Dios que su plan y su propósito se van a cumplir en tu vida.
Enlístate. Si Sansón, que se acostaba con prostitutas, está en el listado de la fe, tú puedes estar ahí. No te excluyas. Si Sarah, que hizo que su esposo se acostara con la sirvienta para que la embarazara para ella no tener que forzarse a creer, y después que Dios le da el milagro ella bota a su sirvienta con su hijo, sin ningún tipo de compasión, y Dios la menciona en los héroes de la fe, lo que tú hayas hecho no es nada. Si Dios menciona a una Raab, que era una prostituta que Dios utilizó en un momento; De las pocas personas que, en el Nuevo Testamento, se menciona su profesión, es Raab; Todavía en el Nuevo Testamento se le sigue llamando Raab, la ramera. Y uno se pone a pensar por qué Dios no olvida eso y se asegura que lo escriban ahí. Pues para que tú sepas que no importa tu pasado, tu ayer, lo que viviste, lo que te pone en el registro correcto de la gente de la fe es que tú aprendas a creerle a Dios por encima de todas las cosas. ¿En qué listado tú quieres estar? ¿Quién tú quieres que te reconozca? Porque puede que no estés en el listado del mundo, pero hay un listado en que tú debes procurar estar: El de aquellos que agradan a Dios por la fe.
DIOS ES BUENO !!
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