Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” 1 Corintios 12:8-11
El que la frase dones de sanidades esté en plural no es un error. Si así fuese, no lo repetiría de la misma manera más adelante…
“28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. 29 ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? 30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?” 1 Corintios 12:28-30
La connotación continúa siendo el plural. Hay dos ideas básicas que diferentes estudiosos utilizan. Hay quienes piensan que cuando se habla de dones de sanidades, es porque hay diferentes maneras de sanar a la gente, incluyendo las medicinas, los doctores, otro tipo de tratamientos para sanar las diferentes enfermedades. Dios ha dado sabiduría a la humanidad en cuanto a muchas cosas que nos ayudan a prolongar la vida, a tener una mejor salud. Ahora bien, sin descartar la importancia de la medicina, si incluyéramos esto en los dones del espíritu, y dijéramos que los dones de sanidades incluyen la ciencia, le restaríamos la importancia a los otros dones. Es decir, si la palabra de sabiduría no se puede estudiar porque es una palabra que te llega en el momento, del espíritu, entonces no podemos incluir la ciencia en los dones de sanidades porque le restaríamos valor al don de la palabra de sabiduría, al de la palabra de ciencia. Si vamos a mantener la línea entre los nueve, tenemos que saber que son todos por obra sobrenatural del Espíritu Santo.
Así que, cuando hablamos de los dones de sanidades, tenemos que hablar únicamente de la intervención sobrenatural de Dios, donde se manifiesta la sanidad en el cuerpo.
Cuando se habla de dones de sanidades, se usa en plural porque no todo el que tiene el don de sanidad sana todas las enfermedades. Esto podemos entenderlo, explicando algo natural para entender lo espiritual. Si tienes problemas del corazón, vas al cardiólogo y no con un podiatra porque no te va a resultar. Vas a un especialista. En los dones de sanidades, funciona así. Hay gente que fluye en un don de sanidad en particular; Sanidad de cáncer, por ejemplo. Nosotros hemos tenido, por ejemplo, muchos testimonios de mujeres estériles que quedan embarazadas; Incluso una dama que no tenía ni trompas de falopio. Esto no es todo el tiempo, al igual que funcionan todos los dones. Tenemos testimonios de otros tipos de enfermedades que se han sanado, pero Dios nos usa en ese aspecto en particular.
Las enfermedades vienen por consecuencia del pecado o de la caída del hombre. Tan pronto Adán peca, le abre la puerta al enemigo, y ahora, aquello que era perfecto, puro, sano, se corrompe. Y a lo largo de la historia del hombre, vimos complicaciones, como los ángeles caídos teniendo relaciones con los hijos de los hombres; Y todo esto, a través de los tiempos, lo hemos ido heredando. Adán abrió la puerta a la enfermedad. Lo más grande de la sangre de Cristo es que no importa si tú vienes con un problema hereditario; El Dios al que tú le sirves es capaz de cambiar todo tu ADN, toda tu vida, y que desde ti en adelante, eso no se transfiera. Porque otro haya sufrido de diabetes, tú no tienes que sufrir de diabetes; Porque otro sufriera de hipertensión, tú no tienes que sufrir de hipertensión. Así que no debes aceptar como final y firme una condición de enfermedad hereditaria porque venga por la herencia. Tienes que aprender a creerle a Dios que puedes ser completamente sano, y que eso lo puedes revertir y transformar, ya sea por el poder de Dios o por el cuidado en tu vida.
Otra razón por la que la gente entra en enfermedad es cuando rompe las leyes naturales, desgastándose físicamente; Comemos lo que no tenemos que comer. En la Biblia, hay unos cuantos ejemplos de gente que murió o estuvo enferma, que claramente fue consecuencia de un descuido. Uno de los más clásicos, en 2 Reyes 4, se nos habla de mujer rica que hizo aposento para el profeta y él se siente tan agradecido que Dios le da a través de él. A los doce años, se fue a trabajar bajo el sol con su papá y cayó muerto. La únia explicació e sque estuvo demasiado expuesto al sol, y falleció. Igual con Eutico, quien se duerme en medio de un mensaje de Pablo, se cae del tercer piso y se desnuca. El punto es que, muchas de nuestras enfermedades vienen por nuestro descuido.
Otra causa de enfermedad son los problemas emocionales. Las emociones provocan diferentes resultados; Estrés, coraje, rencor, odio. Hay una gran relación entre tus emociones y tu estado físico. Si sanamos la parte emocional, si aprendemos a vivir libres de estrés, a liberar nuestras emociones, manejaríamos nuestra vida mucho mejor, y nuestro cuerpo no sentiría el efecto de esa enfermedad. Cuando te enamoras o tienes miedo, lo sientes en el estómago. Una de las cosas dignas de admirar de Cristo, es que fue capaz de sentarse a comer en la última noche donde al otro día lo iban a matar. Sentarte a comer, al lado del que te va a entregar, requiere un control emocional tan grande. No todo el mundo puede comer bajo ese estrés. Si te da estrés, puede caerte mal la comida; Tu cuerpo reacciona a las emociones.
Si aprendes a controlar tus emociones, vencerás un sinnúmero de enfermedades. Un ejemplo de esto es Naamán. Él tenía lepra, pero cuando vemos su historia, nos damos cuenta que su problema era el orgullo. El profeta lo manda a bañarse en el río más sucio, y Naamán tiene que vencer el orgullo para quedar sano. Aquella enfermedad no era más que el reflejo de su interior.
DIOS ES NUESTRA FORTALEZA !!
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