Durante la segunda guerra mundial, hubo dos psiquiatras de renombre que, por causa de su fama, lograron escapar de los Nazi; Pero hubo otro que no pudo escapar, Viktor Frankl. Este doctor estuvo en campamentos y pasó por todo lo que los demás pasaron. Los dos que lograron escapar, son muy conocidos. El primero, Sigmund Freud, logró huir a otro lugar donde lo protegieron. A través de su vida, este psiquiatra estableció su principal teoría psiquiátrica de cómo trabajar con la psiquis del hombre, en la que establece que las necesidades del hombre se sacian con el único propósito de tener placer. En otras palabras, lo que mueve al hombre es el placer; todo lo que hace, lo que busca, lo que quiere es para alcanzar placer. Mientras el hombre entienda que va a alcanzar placer, continuará hacia adelante y podrá salir de sus problemas. Tú puedes batallar con todos tus problemas, mientras tengas el impulso de que vas a tener placer en tu vida.
Alfred Adler tenía una teoría completamente diferente. Él decía que lo que mueve la psiquis humana o el espíritu del hombre es la búsqueda de poder. Mientras la persona entienda que puede tomar autoridad, vencer, eso le mantiene impulsándose hacia delante.
Mucho más adelante, llega Viktor Frankl. Sigmund y Alfred, estos dos psiquiatras, no pasaron por el campamento Nazi; por lo tanto, al no tener la experiencia que tiene Viktor Frankl, tienen la capacidad de formular todas estas teorías. Tú puedes tener muchas teorías en tu vida, sin haber pasado por unos procesos, pero los procesos te hacen llegar a unas conclusiones a las que no llegarías simplemente pensando. Y Viktor Frankl llega a una conclusión bien poderosa: Que lo que mueve al hombre no es ni el poder ni el placer, sino el producto de la esperanza de unirse con un ser amado. Viktor Frankl comienza a ver cómo los hombres más fuertes comienzan a morir en el campamento, mientras que los más débiles sobrevivían; Y se dio cuenta que el débil tenía alguien por quien vivir, tenía esperanza de un día encontrarse con un ser amado. Estando este psiquiatra en una fila para ser torturado, alguien en la fila le habló de su ser querido, lo que le hizo recordar a su esposa. Y dice Viktor Frankl que ese momento en que recordó el amor por su esposa le despertó el deseo de sobrevivir al campamento Nazi.
Lo que te hace sobrevivir las peores torturas de tu vida, no es tu fortaleza, el poder que tengas, sino el poder de la esperanza que es producto del amor, producto de saber que detrás de tu proceso hay alguien que te ama y que es digno de tu amor a pesar de todas las dificultades. Viktor Frankl no perdió la cabeza porque tenía esperanza. El que pierde la cabeza es el que no tiene esperanza, el que no tiene algo por lo que luchar, por lo que vivir.
Que se levante algo en ti que puedas tener por qué vivir, por qué luchar, por qué seguir hacia adelante. Hay quien quiere amar su trabajo, pensando que así van a producir; pero, por más que te guste lo que hagas, trabajo es trabajo, y el trabajo cansa, te pone presión. Tú no necesitas amar el trabajo, pero necesitas amar a alguien por quien trabajar porque si tienes a alguien a quien sostener, por quien luchar, entonces pasas el trabajo que tengas que pasar. Si tú no tienes esperanza en tu vida, que hoy se levante en ti; En medio del campamento y de la presión que estés viviendo, que se levante una razón por la que vivir, por la que esperar un cambio, y por la que creer que algo va a pasar a favor tuyo.
Una de las acusaciones que se hace a la iglesia es que levanta falsas esperanzas; Y la pregunta es: ¿Qué son falsas esperanzas? Si tus probabilidades de que las cosas salgan bien son pocas, ¿sería falsas esperanzas? Si hay 0.3% de probabilidad de que estés sano, verifica si tú estás en ese porciento y ten un día más para vivir porque vas a tener algo por lo que levantarte; Eso no es falsa esperanza. Y los que creemos en el Señor Jesucristo, aunque en el mundo natural haya 0.3% de esperanza, la Biblia dice que el vivir es Cristo, y morir es ganancia. Si no te sanas aquí, te sanas en la otra vida, pero estás sano por lo que Él hizo por ti en la cruz del Calvario, y hasta el último momento tú tienes por qué vivir.
Somos, muchas veces, decepcionados; No siempre se cumplen nuestras expectativas; Tanto así, que preferimos no esperar nada de nadie, simplemente, para no sufrir la desilusión de encontrarnos con la realidad. Pero tú, escoge vivir ilusionado toda tu vida, pensar que todo el mundo es bueno a tu alrededor; Aunque algunos te decepcionen, escoge mirar las cosas desde la mejor perspectiva, de manera positiva, para tú poder ver el futuro y tener algo por lo que vivir. Que te llamen loco, pero es mejor esa locura que vivir frustrado y decepcionado toda tu vida y no esperar nada.
La gente y las cosas te desilusionan; Esperas ciertas cosas que no ocurren; Pero aunque corten el árbol, al percibir el agua, va a reverdecer.
DIOS ES BUENO !!
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