Ante el estatus quo, ante la situación actual, tú asumes una de tres actitudes: Te rebelas, te acomodas, o actúas por fe. El problema es que la rebelión no soluciona tu problema, y hay situaciones que, por más que trates de acomodarte, te obligan a moverte del lugar en que estás. Tarde o temprano, vas a tener que actuar por fe.
Abraham podía quedarse con el hijo que tenía; Sara podía seguir así; se acostumbraron a la situación presente, dando por olvidada la promesa de Dios; pero Dios fue a encontrarse con Sara. Nunca vemos a Sara buscando a Dios, orando para que Dios haga el milagro, como otras mujeres en la Biblia, pidiéndole a Dios, rogándole, buscándole; pero Dios tenía una promesa para Sara. Si tú no vas a buscar a Dios, Dios siempre te va a buscar a ti. Dios dijo, en Génesis 18: Me le voy a meter en la casa a Sara, voy a ir a hablar con Sara. Dios va a buscarte. Tú no te puedes escapar de las promesas de Dios para tu vida. Si tú no vas donde Él, Él se te mete en la casa; si tú no recibes esta palabra, alguien te va a tocar la puerta y te va a decir: No te quedes donde tú estás.
Dios dice: Yo voy a ir a hablar con Sara. Y con todo y eso, Sara tenía miedo; por eso estaba escuchando detrás de la puerta. Hay gente que escucha tras la puerta, gente que no va a la iglesia, que ven las prédicas por YouTube. Eso lo que te demuestra es una cosa: Si tú no vas a Él, Dios siempre te va a buscar porque la promesa de Dios está vigente para tu vida, y Él no te va a dejar hasta que se complete lo que Él te prometió.
En Génesis 17, vemos a Abraham hablando con Dios directamente. Abraham hablaba con Dios, tenía esta petición constante ante Él; así que Dios le daba la respuesta a él. En esta ocasión, estos hombres llegan a la casa de Abraham, buscando respuesta de Sara porque Abraham no podría alcanzar aquella promesa, si Sara no creía; si no recibía en su interior la palabra de la misma manera que Abraham, ellos no podrían tener aquello que Dios había prometido. La pregunta es ¿por qué razón Dios pregunta si Sara se rió, y no cuestiona cuando Abraham se ríe? Podemos especular varias razones. Dios le habla a Abraham, pero Abraham no le habló a Sara lo que Dios dijo, no le habla lo suficiente para que ella crea. Abraham tenía que ir donde Sara y dejarle saber lo que había dicho Dios. El problema de Adán y Eva, es que Adán no estaba cuando la serpiente le habló a Eva; la serpiente le habla, y llegan duda y temor a la vida de Eva. Puede que Abraham no le haya dicho a Sara lo suficiente, que no la haya convencido, contándole lo que Dios había dicho.
Hay gente que no cree en las promesas de Dios porque tú no les hablas lo suficiente. Los acusas de estar en el estatus quo, de estar en problemas y quedarse en ese nivel, pero no eres capaz de ir a dejarle saber a alguien: Esto es lo que Dios tiene para tu vida. Hay matrimonios que no les va bien porque lo que hacen es decirse lo mal que están, en vez de decirse lo bien que pueden estar, para dónde van, lo que Dios tiene para ellos. Eso es lo que tú tienes que repetirles hasta que lo crean, hasta que lo reciban. Así que puede que Abraham nunca le haya hablado a Sara, o se haya cansado de hablarle; y Sara no había oído, entonces, exactamente lo que Dios había dicho. Por eso Dios tiene que ir donde Sara.
Otra opción es que Abraham le haya hablado, y Sara no haya creído. Y Dios le deja saber a Sara: Esto que Abraham te ha dicho, va a pasar. ¿Cuántas veces tú le has dicho algo a alguien hasta el cansancio, y cuando otro se lo dice es que lo cree? Y tú no debes ponerte a decir: Te lo dije. Eso sería reclamar por el Ismael que tiene, y Dios nunca te reclama por Ismael, sino que te confirma el Isaac que Él ya te dijo. Dios nunca te reclama el pasado; Él te dice: Mira al futuro. Y puede ser que Abraham le haya dicho muchas veces a Sara; lo cual te demuestra que tú tienes que hablar esto una y otra vez, hasta que la gente lo crea.
Si tú no buscas de Dios, Él te va a buscar; pero cada vez que tú recibas esta palabra, vas a leer lo mismo, hasta que lo creas: No pienses, sueña; Hay algo más grande para tu vida. Te vamos a predicar fe y esperanza una y otra vez. ¿No crees esta palabra? Dios se te va a aparecer en tu casa y te va a preguntar: ¿Cuánto más te vas a estar riendo? ¿Todavía no lo vas a creer? Cada vez que recibes esta palabra, no importa el tema que se esté tratando, el propósito es retar tu estatus quo, cualquiera que sea; ya sea que estés mal y pudieras estar bien, o que estés bien y pudieras estar mejor; el propósito es decirte que Dios tiene algo más grande para tu vida, que no puedes quedarte en el lugar en que te encuentras, que tienes que seguir adelante, tienes que creer, no puedes dejar de soñar y de mirar lo que Dios tiene para ti. No importa el problema, no importa la crisis, nunca bajes las promesas de Dios al nivel de tu mente; todo lo contrario, eleva tu mente a las cosas que Dios tiene para ti y atrévete a creerle a Dios por encima de tus circunstancias. Si no lo recibes a través de esta palabra, Dios se te va a aparecer en tu tienda, en tu casa; te va a tocar la puerta y te lo va a decir. Te lo van a decir tus hijos, tu cónyuge, tu jefe, en la calle y dondequiera que tú vayas, porque Dios no se va a quedar sin que se cumpla la promesa que Él te dio. Hoy, comienza una vez más a soñar, a mirar hacia el futuro, para ver todo lo grande que Dios tiene para tu vida. No pienses, sueña.
Sara tenía que tener acceso a la palabra; tenía que oír a Abraham o tenía que oír a Dios, pero tiene que oír la palabra. O escuchas a Dios directamente, o escuchas a los mensajeros; pero tienes que escuchar de Dios. Nunca soñarás si no oyes a Dios. Si no lo recibes de frente, lo recibes tras la puerta, pero lo que Dios te prometió se va a cumplir. Hoy Dios reta tu estado presente, no importa cuál sea. No es solo que si estás mal, Él quiere que estés bien; es que si estás bien, Él quiere algo más grande para ti.
Recibe esto: No puedes estar satisfecho, pero sí agradecido. Agradece a Dios todo lo que Él te ha dado, pero tienes que decir: Tiene que haber algo más para mi vida; no puedo quedar en el lugar en que estoy. No te acomodes. Y tienes que dejar que Dios te rete, antes de que el mundo te tiente. O dejas que Dios te rete a que vas a tener el hijo con Sara, o te tienta Agar de tenerlo con ella. Tú escoges. O sientes la presión de Dios de creer, o sientes la presión del mundo de renunciar. Tú escoges.
Escoge que Dios te rete, porque tú no sabes cuán fuerte puedas ser o no ser ante una tentación, pero como tu fe no depende de ti, sino de Él, mejor que sea Dios quien te rete, antes de que el mundo te tiente y tú cedas a la tentación.
DIOS ES BUENO !!
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