No se trata de ti

No se trata de ti

No se trata de ti – Elías, huyendo, fue al monte Horeb y se metió en una cueva; temía por su vida, pues había degollado 450 profetas de Baal, y Jezabel dijo que le haría a él lo mismo. Pero, ¿por qué quería Jezabel acabar con Elías? Porque él hizo bajar fuego del cielo; y, cuando tú haces esas cosas bien grandes, tú eres el centro de atención. Y, el día que tú te conviertes en el centro de atención, te van a perseguir a ti. Por eso es que nunca se ha tratado de ti, sino de lo que Dios puede hacer a través de ti.

Teológicamente, se dice que el monte donde estaba Elías fue el mismo donde Moisés recibió su llamado y los mandamientos. Lo que reciben Moisés y Elías es algo similar; ambos recibieron la manera en que Dios trataría con el pueblo. Dios le cambia la perspectiva a Moisés, diciéndole: Yo voy a tener misericordia de este pueblo. Y, en aquel lugar, Moisés comienza a ver el favor y la gracia de Dios, y cómo Dios quería mostrar misericordia. De la misma manera, Elías tenía que recibir en su interior que el trato de Dios iba a cambiar.

¿Por qué Dios le dice a Elías: Yo no estoy en el viento, ni en el fuego, ni en el terremoto? Porque Elías estaba acostumbrado a que los juicios de Dios eran destructivos; y como Elías estaba centrado en él, quería que los demás pagaran, que Dios pasara juicio sobre los demás. Cuando centras tu vida en el “yo”, quieres justicia, que los demás pasen por el problema, por la dificultad, para tú demostrar que tú estás bien. Elías buscaba ser grande, pero él ya lo era porque Dios lo había hecho grande. Tú no necesitas el reconocimiento de los hombres, ni que fuego baje del cielo a consumir a la gente, simplemente para tú ser el más grande. Después que mató a los profetas, Elías quedó solo; si se los hubiera ganado para el Señor, habría tenido una escuela de 450 profetas; pero es más fácil quemarlos que educarlos; es más fácil quemarlos y decir: Yo soy el que está bien.

Dios le dice a Elías: Hay un cambio de época; yo no voy a trabajar como antes. Anterior a esto, en la Biblia, hubo momentos de fuego, de terremotos, de grandes vientos donde hubo grande destrucción; pero Dios dijo: Hasta aquí; yo voy a trabajar ahora en el silbo apacible, desde otra perspectiva, desde el corazón del hombre; voy a trabajar de adentro hacia afuera. Dios le estaba diciendo: En adelante, no me busques donde yo estaba antes, porque lo que yo voy a hacer es algo nuevo. Por eso, Dios levanta a Eliseo, quien tiene una técnica diferente; Eliseo comienza a trabajar con el corazón de los reyes, Dios comienza a trabajar con el corazón de la gente.

Estamos viviendo en los tiempos de la gracia de Dios, donde es el Espíritu Santo en un silbo apacible que trabaja con nosotros. La justicia y el juicio de Dios se hacen en el corazón del hombre, cuando el Espíritu Santo te convence en tu interior de quien tú eres, de cómo tú estás; y es él quien te lleva a ese cambio que tú necesitas en tu vida.

Si vas a cobrar fuerzas para seguir hacia delante, no puedes buscar a Dios donde Él estaba, porque Él ya no está en esos lugares. En otras palabras, Dios no va a hacer lo que va a hacer contigo, de la misma manera que lo hizo en el pasado. Tus próximos años, el próximo tiempo, no busques a Dios donde estaba porque, donde estaba, ya no está; búscalo donde está hoy para tu vida; Él va a trabajar contigo de una manera totalmente diferente. No lo busques en el mismo trabajo que tenías, en el mismo lugar, de la misma manera; búscalo donde tienes que encontrarlo hoy. No hagas como aquellas mujeres que fueron a buscar a la tumba, y el ángel tuvo que decirles: ¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? Deja de buscar en los recuerdos aquello que ya no está. Pasó lo que pasó, y ahora tú te vas a levantar. Deja de pensar dónde estaba Dios, y mira ahora dónde Él está; y vas a ver que la manera de tratar contigo va a cambiar para siempre.

Muchos han proclamado juicio contra tu país, y creen que ha llegado; pero Dios no está en el viento, ni en el fuego, ni en el terremoto; pero el Espíritu Santo sigue moviéndose en tu nación, y lo que hace falta es que cambie los corazones.

Largo camino te resta. Pero entiende hoy que el camino que tienes delante de ti es más grande que para ti. Esto, el Evangelio, no se trata de ti. Cuando tú vas a la iglesia, no se trata de ti; tienes que servir. Se trata de ti, cuando tú no le sirves a Dios; pero, cuando ya le sirves, no, sino de lo que Dios puede hacer a través de ti y contigo en la vida de otra persona. Esto es lo que hace del camino uno largo y más grande.

Y, para continuar en este camino, tú tienes que saber cómo Dios trata con la gente. Si algo desgasta a una persona, son las quejas y las críticas de la gente alrededor; uno quisiera que fuego bajara del cielo y los consumiera; pero no permitas que la inestabilidad de la gente desgaste tu interior; tú quieres fuego, terremoto, viento; pero Dios trabaja en un silbo apacible que habla al corazón de la persona. Ahí es donde está Dios. Deja de buscarlo donde estaba, y comienza a verlo donde está.

Dios le dio de comer a Elías, hizo provisión para él. ¿Por qué? Si algo en la vida de Elías podía acordarle a Dios y que Dios no se había olvidado de él, es que Dios le diera de comer, porque Dios le había dado de comer múltiples veces milagrosamente; con los cuervos, por la viuda; Dios proveyó comida para Elías. En momentos de crisis, Dios le estaba diciendo a Elías: Yo te voy a dar provisión. De la misma manera, Dios te ha dado de comer, y te dará de comer una vez más, para acordarte que Él no se ha olvidado de ti. Dios te provee pan, para dejarte saber que, el mismo Dios que te alimentó 20 años atrás, te va a alimentar hoy.

En segundo lugar, Dios le dio una voz; le habla palabra para ponerlo en justa perspectiva. No pienses que Dios te va a hablar lo que tú quieres oír. Aprende a oír lo que Dios te tiene que decir para que tu vida cambie. Dios te hace llegar esta palabra para renovar tu perspectiva. Dios le dijo al profeta: Hay 7 mil rodillas que no se han doblado ante Baal. Le dio una nueva perspectiva. Y, en tercer lugar, Dios le dio una visión para el futuro; le dijo: Tienes que salir de aquí para ungir a tal persona; yo no he terminado contigo.

Hoy declaramos esas 3 cosas en tu vida: Dios te va a dar pan en medio del desierto; una voz te da una nueva perspectiva; y vas a tener futuro. Hay futuro para ti después de la crisis, del fracaso, del problema. Hay algo más grande que Dios quiere hacer contigo, algo más grande que tú. No se trata de lo que Dios puede hacer para ti, sino de lo que Él quiere hacer contigo, para su gloria y honra. Levántate y come, porque largo camino te resta.
DIOS ES BUENO !!

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