Solo la revelación de Dios te lleva a tomar las decisiones correctas para poder experimentar Su poder sobre tu vida. La pregunta es, ¿de dónde llega esa revelación?
Las grandes ideas no llegan en cuestión de un instante. Los más grandes inventos se han dado a través de procesos de prueba y error, a través de tiempos en los que se recopila información y luego, procesando esa información, se alcanzan los grandes resultados. Miles de inventos que hoy disfrutamos fueron producto de que, un día, la NASA decidió que iría a la luna; los pañales desechables son un ejemplo de esto. Uno no se levanta de un día para otro con una idea. Si vas a tomar un examen, por ejemplo, puedes orar para que el Espíritu Santo te guíe, pero esto es si tú estudiaste. Oras para que Dios te dé paz, para que te dé calma, para que tu mente esté clara y puedas sacar de dentro de ti la información que ya tú metiste. El Espíritu Santo no va a sacar cosas que tú no has puesto.
Muchos no salen del día malo porque no reciben revelación, y no la reciben porque no se dan cuenta que la única revelación que puede salir de ti es aquella que tú has puesto dentro de ti, a través de la Palabra de Dios. A Cristo, también le llegaron sus días malos. Luego de ser bautizado, es tentado; pero, ante cada tentación, su respuesta era una sola: Escrito está. ¿De dónde Jesús sacó esto para vencer la tentación? Ya Jesús lo había puesto en su interior. Dice la Palabra que él crecía en sabiduría, en revelación; sus padres se encargaron de enseñarle. En el momento de la crisis, había de dónde sacar. Por eso es que tú no vas a la iglesia solamente cuando las cosas están mal, sino también cuando están bien; porque tú no sabes el día que te vayas a encontrar en un desierto y vayas a necesitar sacar de dentro de ti una palabra que te dé la victoria, en medio de la dificultad.
La victoria que tú has tenido es porque la palabra que has recibido te ha dado la capacidad de pensar correctamente, y hay de dónde sacar. Hay quienes descuidan la Palabra, y luego se preguntan de dónde vienen los pensamientos negativos, y por qué no les llega una idea fresca, pero es que no hay de dónde sacar. Pero todo aquel que se ha ocupado en poner revelación en su interior, todo el que ha puesto Palabra dentro de sí, puede saber una cosa: Que ante cada tentación, ante cada dificultad, tu espíritu sabrá de dónde sacar, y podrás permanecer firme en medio de cada prueba, y el día malo no terminará contigo.
En estos tiempos, nuestra mente es sobreestimulada; buscamos constantemente información, pero lo único que puede hacer que tu día malo termine es revelación de parte de Dios; y la revelación nunca viene de afuera, sino que siempre viene de adentro. No se te predica revelación; se te predica la Palabra, las ideas se depositan en tu interior, y el Espíritu Santo te las revela en el momento en que tú las necesitas.
Cuando tú recibes la Palabra, tu mente es renovada; pero, más allá de eso, está la revelación que tú todavía no has recibido, y que vas a descubrir en el día malo porque, cuando tú la necesites, saldrá de tu interior. La mayor impresión que te vas a llevar, no será cuando un predicador estimule tu mente, sino después de un tiempo, cuando esa palabra que se te predicó se haga real en tu vida; porque, en medio del día malo, Dios tendrá de dónde sacar de tu interior lo que tú necesitas para que ese día malo termine.
En Lucas 4, le entregan el rollo a Jesús, y comenzó a buscar, hasta que encontró la escritura que lee: “18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor.” Lucas 4:18-19 Jesús pudo haber recitado esta palabra de memoria. ¿Por qué lo buscó en el rollo? Para que fuera prueba de que, lo que estaba diciendo, no era algo interpretativo, sino lo que está escrito; los religiosos no podrían combatirlo; eso es lo que dice. Además, aquello marcaba en la mente de Jesús de dónde fue que salió lo que él estaba declarando; que lo que él estaba diciendo no venía de cualquier lugar, sino directamente de la Palabra de Dios, para que, en el momento que él lo necesitara, su espíritu pudiera sacar de aquellas palabras toda la revelación que él necesitaba para poder vencer el día malo.
Depende de la revelación de Dios. El día malo comienza a terminar en tu vida, el día que Dios puede sacar, de tu interior, revelación para acabar con todo aquello que el enemigo quiere poner dentro de ti. Si no entiendes algo, calla, y busca revelación. Job dijo: Yo hablaba lo que no entendía, y lo que tú tenías era más grande para mí. Lo que Dios tiene para ti es más grande de lo que tú puedes entender o imaginar. Procura que tu interior esté lleno para que Dios pueda sacar la revelación que tú necesitas para que, en medio de tu crisis, el día malo se termine, y Dios te muestre lo grande que Él va a hacer contigo.
Si tú has recibido ya suficiente Palabra, tú no necesitas oír necesariamente más Palabra para el problema que tienes hoy; tú lo que necesitas es que Dios saque de tu interior la revelación que está dentro de ti. Tú vas a caminar por esa revelación, y el día malo va a comenzar a llegar a su final, en el nombre poderoso de Jesús. DIOS ES NUESTRA FORTALEZA !!
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